Al sumergirme, la vida se me pasó por delante. No pude contenerme y salí a la superficie, respiré muy deprisa, estaba alterada y el corazón me latía a la velocidad de la luz. Transcurridos unos minutos consegui relajarme un poco y lo intenté denuvo, una sensación fría recorrió mi rostro, el agua parecía unas grandes manos que me agarraban impidiendome flotar y el poco aire que había en mis pulmones hacía lo posible por inspirar, cada vez me ahogaba más y más... denuevo imagenes y recuerdos flotaban a mi alrededor. Al abrir los ojos solo veía recuerdos, unos recuerdos que me hacía recapacitar y pensar si debía hacer lo posible por luchar o dejarme llevar, así sin más.
Volar... volarsinpensardondetedebes para,cualestu lugar. Recorrer el mundo bajo un montón de globos de colores.
Quizás te estoy mintiendo, resulta que no puedo aceptar que aún te eche de menos y que este menos vaya aún a más. Cada vez que te recuerdo viene a mí una imagen, éramos tú y yo de safari en el parque.
Amo los pálidos rostros y las brunas cabelleras, los ojos lánguidos y húmedos propicios a la tristeza, y las espaldas de nieve, en donde, oscuras y gruesas, caen, sedosas, las gordas trenzas, y donde el amor platónico huye, baja la cabeza, mientras, temblando, se mira la carne rosada y fresca.
Rubén Darío.
A un batido, outro batido; a unha dor, outro delor; tras dun olvido, outro olvido; tras dun amor, outro amor.